Buscador de hoteles y alojamientos en Cantabria, sus restaurantes, productos y servicios, así como Guía completa de Turismo, Historia y Geografía de nuestra Región. Toda la información útil en un clic.
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Origen: Es un animal afamado en numerosas partes del mundo (ya era mencionado por el profeta Isaías en textos bíblicos), palabra derivada del latín basiliscus, y éste del griego basilískos: «pequeño rey» o rey de las serpientes. Posee características similares a la Medusa griega. Los egipcios creían que el basilisco nacía de los huevos de Ibis.
Localización: Según Plinio el Viejo es un ser oriundo de Cirene y no medía más de 20 dedos de longitud.
El basilisco vive en el desierto que él mismo crea al romper piedras y quemar el pasto. Esto sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca las plantas y envenena las aguas.
Descripción y características: Animal extraño que no abulta más de un palmo con forma de reptil, pero con patas, pico y cresta de gallo, cuya mirada es mortal, sus ojos son de un fuego que fulmina al instante a cualquier animal o persona que tenga la mala suerte de cruzar su mirada. Solo la comadreja y la salamandra son inmunes a su mirada, la primera llega incluso a atacarlo en feroz y mortal batalla, ya que dispone de una mordedura capaz de segregar una sustancia venenosa para el basilisco y la segunda debe su invulnerabilidad a su condición de ser de fuego, propiedad principal de la mirada del basilisco.
Para su nacimiento se tienen que dar unas condiciones especiales. El Basilisco nace de un huevo blanco y esférico que pone un gallo viejo poco antes de su muerte, exactamente a la medianoche de una noche despejada de plenilunio, y que es depositado entre la hierba, sobre hojas secas o en un montón de estiércol. Al cabo de pocos días la cáscara blanda del huevo se abre y aparece este pequeño ser de mirada mortal, ya con las características propias de las de su edad adulta.
Leyendas y creencias: Hay dos medios para acabar con él a parte del veneno de la comadreja y son el canto de un gallo que le ahoga al escucharlo, y un espejo que lo mata al ver reflejada su propia mirada, algunos aldeanos dicen haber visto restos de un cadáver cerca a la orilla de un arroyo en cuyas cristalinas aguas se vio reflejado. Aunque es harto raro ya que no beben agua por su condición de fuego y lo único que ingieren es sangre de ave. Muchos aldeanos al atravesar las montañas van acompañados por un gallo para, en el caso de enfrentamiento, poder salir bien parado.